El papa León XIV cerró su primer viaje internacional con una emotiva ceremonia en el paseo marítimo de Beirut. Frente a miles de fieles, el pontífice exhortó a los libaneses a recuperar la esperanza y construir un país basado en la fraternidad y la justicia.
MENSAJE DE FRATERNIDAD
Durante la multitudinaria misa, León XIV recorrió en papamóvil cubierto la explanada del puerto, donde más de 150 mil personas se congregaron para escucharlo. Con voz firme, pidió al Líbano ser “morada de justicia y fraternidad” y “profecía de paz para todo el Levante”, recordando la historia de un país donde la comunidad católica ha pasado de ser mayoría a representar menos del 30% de la población.
El pontífice expresó su deseo de ver renacer al Líbano, un territorio “oscurecido por la pobreza y la inestabilidad política”, y subrayó la necesidad de que los libaneses no se resignen ante la violencia ni el poder del dinero. “Cada uno debe poner de su parte para que esta tierra recupere su esplendor”, afirmó.
ORACIÓN POR LAS VÍCTIMAS DE BEIRUT
Antes de la ceremonia, el papa visitó el lugar de la explosión del 4 de agosto de 2020, donde consoló a familiares de las 245 víctimas. “La belleza del Líbano se ve herida por el sufrimiento y las cicatrices de su historia”, dijo, en referencia a la tragedia que marcó al país.
En su homilía final, exhortó a los libaneses a “desarmar sus corazones” y derribar las barreras étnicas, políticas y religiosas. “¡Líbano, levántate! ¡Sé profecía de paz para todo el Levante!”, proclamó ante los fieles, antes de concluir su visita y emprender el regreso al Vaticano tras su paso por Turquía.