Las temperaturas extremas que azotan al continente europeo han provocado una serie de tragedias en países como España y Francia, donde se han registrado al menos cinco fallecimientos vinculados directamente al intenso calor. En Cataluña, España, un incendio forestal de gran magnitud cobró la vida de dos hombres que intentaban escapar de las llamas, mientras que en Francia, dos personas murieron por complicaciones de salud relacionadas con las altas temperaturas. La situación se agrava con nuevos casos en investigación, como el de un menor que podría haber muerto por un golpe de calor tras haber sido dejado en un vehículo.
Récords de temperatura y medidas de emergencia en todo el continente
Junio de 2025 ha sido uno de los meses más calurosos jamás registrados en gran parte de Europa. España alcanzó una temperatura media sin precedentes, y Francia experimentó su segundo junio más cálido desde 1900. Las consecuencias no se han hecho esperar: miles de hectáreas calcinadas, evacuaciones, cierre de escuelas y un incremento sustancial en los llamados a los servicios de emergencia. Italia, por su parte, ha comenzado a aplicar un nuevo protocolo laboral para proteger a sus trabajadores, restringiendo labores al aire libre durante las horas más críticas del día.
El impacto de esta ola de calor también se ha sentido en Alemania, donde se han registrado temperaturas cercanas a los 40 °C. En ciudades como Berlín, estaciones subterráneas y templos religiosos han sido habilitados como refugios temporales para proteger a los más vulnerables, especialmente a personas sin hogar. Las autoridades alemanas han advertido que, si bien se prevé un leve descenso térmico en los próximos días, el riesgo sanitario aún persiste en amplias zonas del país.
Los expertos climáticos coinciden en que esta ola de calor es “excepcional” y atribuyen su intensidad a fenómenos climáticos globales agravados por el cambio climático. Las autoridades de salud y emergencia en toda Europa insisten en que la población debe seguir las recomendaciones oficiales para evitar nuevas víctimas y reducir el impacto sobre los sistemas de salud, transporte y servicios esenciales.