El papa Francisco, aún recuperándose de una infección respiratoria, envió un poderoso mensaje durante la misa Crismal que abre el Triduo Pascual. A través del cardenal Domenico Calcagno, el pontífice llamó a los sacerdotes a actuar ante las heridas que sufre el mundo actual.
LLAMADO DE ESPERANZA
Durante la homilía leída en la basílica de San Pedro, el papa Francisco instó a los sacerdotes a "tomar posición" en un mundo herido y a trabajar con la convicción de que "Dios nunca falla". En su mensaje, recordó que la misión cristiana se sostiene en la alegría del Reino y que el año jubilar representa una oportunidad de conversión para dejar atrás el clericalismo y convertirse en verdaderos anunciadores de esperanza.
MISA CRISMAL SIN LA PRESENCIA DEL PONTÍFICE
Debido a su delicado estado de salud tras una grave infección respiratoria que lo mantuvo hospitalizado 38 días, Francisco delegó la celebración de la misa Crismal en el cardenal Calcagno. Esta ceremonia, que marca el inicio de los ritos de Semana Santa, incluye la renovación de votos de los sacerdotes y la bendición de los óleos utilizados en sacramentos como el bautismo, la confirmación y la unción de los enfermos.
Aunque el papa ha delegado la conducción de varios actos litúrgicos, como el tradicional Vía Crucis que será presidido por el cardenal Baldassare Reina, el Vaticano aún no ha confirmado si Francisco podrá impartir la esperada bendición 'Urbi et Orbi' el Domingo de Resurrección. Mientras tanto, los textos de las meditaciones del Vía Crucis fueron redactados personalmente por el pontífice, reflejando su cercanía espiritual pese a su ausencia física.