Al menos nueve personas murieron y unas 100 resultaron heridas tras la explosión de walkie-talkies en Beirut, en una serie de incidentes que ha sembrado el pánico en el Líbano. Las explosiones ocurrieron durante los funerales de miembros del Hezbolá que habían fallecido en un ataque similar el día anterior.
Los dispositivos de comunicación del grupo islamista, incluidos bíperes y walkie-talkies, detonaron simultáneamente, causando una tragedia que dejó decenas de víctimas y amplificó la tensión en la región.
FUNERALES INTERRUMPIDOS POR EXPLOSIONES
Las explosiones se produjeron en pleno funeral de cuatro miembros del Hezbolá, quienes murieron el día anterior en incidentes similares. Las detonaciones sorprendieron a los asistentes, sembrando el caos en la zona sur de Beirut, conocida como Dahye. Según reportes de AFP, las explosiones de los walkie-talkies ocurrieron de manera repentina, dejando muertos y heridos entre los presentes, incluidos el hijo de un diputado del grupo.
Este es el segundo día consecutivo en que dispositivos de comunicación del Hezbolá explotan en Líbano, lo que ha generado una creciente preocupación sobre la seguridad de las telecomunicaciones en áreas controladas por este grupo.
HERIDOS Y DAÑOS EN OTRAS ÁREAS DE LÍBANO
El pánico no se limitó a Beirut. Otras explosiones se registraron en Sidón y Baalbeck, afectando también el sur y el este del país. En Baalbeck, 15 personas resultaron heridas tras la explosión de dispositivos de transmisión. Mientras tanto, en los suburbios meridionales de Beirut, testigos presenciaron explosiones que causaron incendios en viviendas cercanas.
La Cruz Roja libanesa desplegó 30 equipos de ambulancias en las áreas afectadas, mientras que el Ejército libanés pidió a la población que evitara acercarse a las zonas del incidente para facilitar el trabajo de los rescatistas.
UNA CRECIENTE OLA DE INSEGURIDAD
La tensión en el Líbano ha aumentado considerablemente después de que, el martes, al menos 12 personas murieran en explosiones similares en bastiones del Hezbolá. Las autoridades han reportado que miles de personas resultaron afectadas directa o indirectamente por los estallidos, que no solo dejaron heridos, sino también cuantiosos daños materiales.
El Ejército y las fuerzas de seguridad permanecen en alerta máxima, mientras la población teme nuevos incidentes. Este tipo de ataques, centrados en dispositivos de comunicación, es inédito en el país, lo que ha levantado preguntas sobre su origen y los riesgos que representan para la estabilidad del Líbano.