En un acto histórico, el Vaticano decidió el pasado domingo, beatificar a una familia polaca compuesta por nueve personas que fueron brutalmente ejecutados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
El delito de la familia Ulma fue ofrecer refugio y protección a los judíos perseguidos. La beatificación de Jozef y Wiktoria Ulma, sus seis hijos, además de su bebé no nacido, fue anunciada durante una misa mediante la recitación de la fórmula de la beatificación en latín por el cardenal Marcello Semeraro, representante papal.
La misa contó con la presencia de figuras políticas de alto calibre como el presidente de Polonia, Andrzej Duda; el líder del partido gobernante, Jaroslaw Kaczynski y el primer ministro, Mateusz Morawiecki, junto con miles de peregrinos de toda Polonia.
UNA TRÁGICA HISTORIA
Los Ulma, católicos devotos, fueron asesinados en su propia casa por las tropas nazis y la policía local bajo el control nazi, en la madrugada del 24 de marzo de 1944, junto con los ocho judíos que se ocultaban en su casa, tras ser presuntamente traicionados.
La orden provino del teniente Eilert Dieken, jefe de la policía militar regional nazi. Dieken, después de la guerra, sirvió como policía en Alemania. Sin embargo, solo uno de sus subordinados, Josef Kokott, fue condenado por los asesinatos y murió en prisión en 1980.
El presunto delator fue Wlodzimierz Les, miembro de la policía local controlada por los nazis, quien fue ejecutado en septiembre de 1944 por la resistencia polaca. Se atribuye a Wiktoria Ulma, a pesar de estar en pleno asalto, darle un "bautismo de sangre" a su hijo recién nacido.
La situación planteó un desafío a la Iglesia católica ya que el niño no había sido bautizado, un requisito para la beatificación. La beatificación de esta familia plantea nuevos conceptos teológicos sobre la idea de santos y mártires de la Iglesia católica y pone en debate sobre los derechos del feto sin nacer.
MURIERON SEIS MILLONES DE POLACOS
Es necesaria la atribución de un milagro a la intercesión de los Ulma para que puedan ser canonizados y sean elevados a la categoría de santos. El Instituto Yad Vashem de Israel reconoció en 1995 a los Ulma como personas que dieron su vida tratado de salvar a judíos durante el Holocausto.
Los Ulma representan el valor insondable de miles de polacos que arriesgaron todo para brindar ayuda a los judíos, desafiando un decreto nazi que prometía una ejecución sumaria para cualquiera que ayudara a un judío durante la ocupación.
Polonia, el primer país invadido por la Alemania nazi en 1939, perdió a 6 millones de ciudadanos durante la guerra, la mitad de ellos, judíos.