En Brasil, una niña de 13 años asesinó a su hermana embarazada y a su hijo antes de arrancar al feto del útero por orden de una mujer de 35 años que quería quedarse con el bebé.
Según las autoridades, a la adolescente le habría ayudado su amigo de 15 años, hijo de la fémina que planeó el crimen. Ambos le cortaron el cuerpo a la víctima para poder quitarle el feto.
Los peritos determinaron que golpes en la cabeza con una barra de hierro y puñaladas en el cuerpo, le causaron la muerte. Luego de la autopsia se determinó que estuvo viva cuando le quitaron al bebé de su útero.
La víctima tenía otro hijo de siete años, que también fue asesinado por su tía y su amigo. Él fue encontrado flotando en un lago artificial muy cerca de donde enterraron a su madre. Los investigadores presumen que intentó salvar a la víctima y lo mataron en el intento.
Catia Rabelo (acusada) fue detenida el pasado miércoles cuando intentaba huir y fue ella quien reveló que los adolescentes hicieron todo por orden suya. Confesó que necesitaba ''un hijo para demostrar a su novio que estaba embarazada y así se casara con ella''.