Un hombre identificado como Alvin Kennard fue puesto en libertad tras permanecer 36 años en prisión. Él fue detenido en 1983 por haber amenazado con un arma blanca a los trabajadores de la panadería en Alabama (Estados Unidos) y robarse solo 50.75 dólares de la caja registradora.
Posteriormente esta persona fue declarada culpable de los cargos que se le imputaban y sentenciado a cadena perpetua, debido a la “ley de las tres huelgas”, medida aplicada en dicho estado que contempla este castigo por personas reincidentes en delitos menores, es decir, este hombre tenía un antecedente por haber allanado una estación de grifo desocupada.
Sin embargo, al estar recluido, Kennard tuvo un acercamiento a Dios, además de mostrarse arrepentido por su accionar y su vida delincuencial. Con el paso de los años se convertiría en un reo ejemplar sin ninguna sanción disciplinaria.
La historia de este hombre conmovió al Centro de Leyes y Justicia de Apple Applesedd, quienes se hicieron cargo de su defensa para ayudarlo a salir en libertad.
Posteriormente una nueva audiencia se concretó, donde el entonces reo declaró lo siguiente: “Solo quiero decir que lo siento por lo que hice (…). Asumo la responsabilidad de lo que hice en el pasado. Quiero la oportunidad de hacerlo bien”.
En respuesta el juez a cargo, David Carpenter, le manifestó que sus palabras significaban mucho, pues asumía la responsabilidad de sus actos.
Finalmente tras escuchar el fallo a su favor, Kennard, recibió muestras de cariño por parte de sus familiares. Además, se conoció que él planea trabajar como carpintero, luego de esta nueva oportunidad. (Fuente: RPP)