Este es el rostro más devastador de Las Vegas que nunca te mostrarán [FOTOS]

El fotógrafo suizo Christian Lutz llegó a Las Vegas, Nevada (EEUU) por primera vez en el invierno de 2011 y lo que se encontró fue muy distinto a la visión que cualquiera tiene de la ciudad del pecado, de la fortuna, de la diversión y el neón eternos.

“Ver la situación me carcomía, tenía que fotografiar lo que veía”, afirma. En ese año la crisis estaba en su peor momento. Antes de ello, Las Vegas había sido famosa por ser invulnerable a los problemas económicos del resto del país, pero ya no más.

Según el portal Playground, actualmente existe un 14% de desocupación, una de cada siete casas está deshabitada y el agua está agotándose progresivamente. Las Vegas es hoy sinónimo de desempleo y de juicios hipotecarios en los Estados Unidos.

Desde entonces, Lutz ha regresado cada verano durante tres años para recorrer sus calles hasta 10 horas cada noche y en su nuevo libro, Insert Coins (Inserte Monedas), muestra a aquellos afectados por la recesión.

Muchos que llegan buscando probar suerte o triunfar en el espectáculo, acaban abandonados en las calles. “El sistema alimenta el rechazo. Te dice que siempre puedes arreglar las cosas por ti mismo”, dice Lutz.

“Si consigues unas monedas o dólares mendigando, puedes meterlos en un tragamonedas y a lo mejor puedes volver a remontar”, continúa. “Esta promesa de que puedes encontrar una ruta alternativa a la riqueza es muy poderosa, pero es una ilusión. No hay atajos hacia el sueño americano”.

Así resultan imágenes surreales y postapocalípticas como una pareja cubierta de pintura dorada que duerme en las calles, Donald y Daisy tirados en medio de basura y restos de comida o un hombre que, con una manta de primeros auxilios encima, mira desolado los grandes anuncios.

“A veces estaba con ellos, haciéndoles preguntas. En otras ocasiones prefería mantener la distancia y simplemente observar”, cuenta el fotógrafo. “La mayoría de la gente ni siquiera notaba que estaba allí, pero muchos vieron en mi cámara una oportunidad de expresarse porque, de alguna forma, eso es todo lo que les queda”.

Lutz se rehúsa a darles un título o un pie de foto a las imágenes: “Me encanta el silencio”. “Hoy en día se habla demasiado. Hay demasiadas imágenes, demasiado ruido, demasiados discursos”. “Yo estoy más interesado en conducir a mi público a sentir algo más que a entenderlo”, acota.