El pasado mes de mayo, en el Hospital General de la ciudad de Chihuahua, México, Irma Escobedo Chávez fue sometida a una cirugía para extirparle uno de sus riñones, el izquierdo.
El órgano, por su voluntad, sería trasplantado a su hija Perla de 14 años, quien desde pequeña sufre de insuficiencia renal, pero hasta hoy no ha sido posible pues el riñón se perdió en el nosocomio.
En el hospital nadie da una explicación lógica a la desesperada mujer de lo sucedido, mientras su hija Perla sigue con el mismo problema, y ahora está en espera de un donador altruista para normalizar su vida.
La mujer acusa al equipo médico por presunta práctica indebida y negligencia, ya que hasta el momento desconoce el paradero del riñón que donó a su hija Perla.