La justicia francesa condenó a un hombre de 42 años a 10 años de prisión por hacer asesinado a un compañero de celda. El motivo del crimen, según se informó, fue porque la víctima roncaba mucho.
El sujeto, identificado como Mickael Totsen, purgaba condena por robos y otros delitos en la cárcel de Vannes, al oeste de Francia, en Europa. Sin embargo, cansado de los ronquidos que no lo dejaban descansar, decidió estrangularlo.
La defensa de Totsen quiso convencer al tribunal de que el reo acusado sufría dolores de espalda, insomnio y que estaba bajo medicación. "Esto pudo conducirlo a un estado paradoxal, que acabó en una pulsión agresiva de la que no se acuerda", explicó su abogado
Sin embargo, el juez no aceptó esos argumentos y condenó a Totsen a volver a la cárcel por 10 años más.