Las intensas lluvias que azotan el norte de la India y el este de Pakistán provocaron terribles inundaciones que han cobrado la vida de al menos 300 personas en ambos países. Los equipos de rescate se esfuerzan por salvar y evacuar a miles de personas.
Los ríos Jhelum, Tawi y Chenab continúan fluyendo por encima de su capacidad, llevándose consigo casas, carreteras y vidas. En la zona de Jammu y Cachemira, en el norte de India, los muertos ascienden a al menos 150, siendo centenares los heridos por las riadas.
La zona es castigada por las aguas desde hace cinco días. No hay suministro de electricidad y los afectados reclaman un agua potable que ya se les ha acabado. Las vías de comunicación son extremadamente complicadas ya que numerosas carreteras se han visto cortadas por las crecidas de los ríos.
Hasta el momento se han instalado ya 25.000 tiendas de campaña y se van a repartir hasta 40.000 mantas para los damnificados, según fuentes oficiales. El drama para los supervivientes continuará una vez amainen las lluvias porque el agua ha arrasado no sólo sus casas, sino también sus cultivos, lo que para muchos es su forma de vida.