El mundo ha quedado sorprendido por el intenso frío que azota Estado Unidos, una inclemencia climática que ha quedado demostrado tras el congelamiento de las famosas cataratas del Niágara. Sin embargo, no es la primera vez que las aguas del río del mismo nombre quedan convertidas en hielo. En 1848 tras una ola de frío en la que se alcanzaron los - 35 grados centígrados, quedaron completamente congeladas. Es la primera congelación documentada el 29 de marzo. Ese año la tormenta “Hércules”, cubrió de nieve más de 187 millones viviendas estadounidenses.