El Instituto para las Obras de Religión (IOR), más conocido como el Banco del Vaticano, difundió hoy su balance anual correspondiente al 2012, en el que se puede notar una cuadruplicación de las ganancias de la Santa Sede respecto al 2011.
El secretismo que existe en la entidad financiera de Roma habría quedado atrás luego de esta reciente publicación, que responde a una serie de críticas a la religión católica por el manejo poco transparente de los recursos del banco y que provocaron que el papa Francisco lo censurara.
Es por ello que, en el marco de una operación de transparencia, el IOR declaró un ingreso neto de 88,6 millones de euros, de los cuales destinó 31,9 millones a un fondo de reserva para potenciales riesgos y 54,7 millones para el uso exclusivo de la Santa Sede.
El informe presentado por dicho banco, revela también una disminución de clientes, ya que hasta el 31 de diciembre del 2012 contaba con unos 18,900, mientras que en el 2011 aproximadamente albergaba a 21,000 clientes.
"Estamos llevando a cabo una evaluación exhaustiva de todas las cuentas de nuestros clientes, con objeto de cesar aquellas relaciones que no estén en consonancia con la misión del IOR", sostuvo el nuevo presidente de la entidad bancaria del Vaticano, Ernst von Freyberg, nombrado en febrero de 2013 por Benedicto XVI para ejecutar una serie de reformas en el banco.