El hecho ocurrió en la ciudad argentina de Bernal, donde las autoridades detuvieron a una mujer de 30 años acusada de haber cambiado a su hija de 11 años por un congelador y otras mercancías. Tras el canje, su hija fue objeto de abusos sexuales y fue obligada a trabajar en un taller clandestino.
La policía señaló que Pabla Cesarina Monzón Aldana obligaba a su hija a trabajar para conseguir un dinero extra que ayudara a mantener al resto de la familia, compuesta por el padre enfermo y tres hijos más.
El pasado jueves la policía allanó el taller donde se halló a la niña junto a otros menores que eran explotados, entre ellos cinco adolescentes de nacionalidad paraguaya de entre 14 y 17 años.