El Senado estadounidense aprobó este jueves una histórica reforma migratoria, que llevaría a la legalización de 11 millones de indocumentados y a una vigilancia extrema a la frontera con México.
Con 68 votos a favor y 32 en contra de 100 senadores, se dio visto bueno a un proyecto que supone la reforma más importante del sistema de inmigración en un cuarto de siglo en Estados Unidos.
El proyecto de ley, respaldado por el presidente Barack Obama, dispone una inversión de US$46,000 millones en nuevos fondos para incrementar la seguridad en las fronteras y realizar cambios profundos al sistema de visas estadounidense.
Según analistas, su éxito final —que llegue a la Casa Blanca para que Obama la firme y la convierta en ley— todavía está lejos, principalmente por la oposición de los congresistas republicanos.
Pero destacaron, tras la votación superada hoy, que la mencionada propuesta ha llegado hasta el momento, más lejos que los numerosos esfuerzos gubernamentales para solucionar el “quebrado” sistema migratorio en las pasadas décadas.