Nicole Kidman reveló que "ya no quería tener más orgasmos" durante rodaje de "Babygirl"
La actriz ganadora del Óscar confesó el agotamiento emocional que experimentó durante las intensas escenas de contenido sexual en su más reciente película.
La actriz ganadora del Óscar confesó el agotamiento emocional que experimentó durante las intensas escenas de contenido sexual en su más reciente película.
Nicole Kidman, una de las estrellas más aclamadas de Hollywood, ha generado revuelo tras revelar que tuvo que detener el rodaje de 'Babygirl' debido a la exigencia física y emocional de sus escenas íntimas. En esta película, dirigida por Halina Reijn, Kidman interpreta a una ejecutiva en una intensa relación con un joven becario, papel encarnado por Harris Dickinson.
UN PAPEL QUE DESAFÍA LOS LÍMITES
Kidman aceptó el rol en Babygirl para aventurarse en un género que no había explorado antes. En una entrevista reciente, explicó su motivación: “Siempre estoy buscando nuevos territorios como actriz, y este papel era una oportunidad única para explorar una faceta que no había experimentado”. La trama gira en torno a un romance prohibido, donde su personaje esconde una relación extramatrimonial de su esposo, interpretado por Antonio Banderas.
El rodaje, sin embargo, no estuvo exento de dificultades. Las numerosas escenas de contenido sexual llevaron a la actriz a confesar en una entrevista: "Hubo un momento en que ya no quería tener más orgasmos", revelando el nivel de agotamiento que experimentó.
LA IMPORTANCIA DE LA CONFIANZA EN ESCENAS ÍNTIMAS
Durante una rueda de prensa en octubre, Kidman compartió que la relación de confianza con el equipo y sus compañeros de reparto fue clave para superar los retos de las escenas explícitas. “Se necesitaba una enorme cantidad de confianza para crear la dinámica entre nuestros personajes”, afirmó la actriz. El ambiente seguro que proporcionó la directora Halina Reijn fue crucial para la actriz, quien destacó la profesionalidad de todo el equipo.
Babygirl ha generado gran expectativa antes de su estreno, especialmente tras la presentación en el Festival de Venecia, donde Kidman ganó la Copa Volpi a la Mejor Actriz. Sin embargo, no pudo recoger el premio tras enterarse del fallecimiento de su madre.