El álbum Rusia 2018 de Panini ya tiene fecha de lanzamiento, y entre la emoción de hinchas y coleccionistas es momento preciso para la nostalgia ¿Quién no recuerda su niñez juntando álbumes, cuando sufría y hacía lo imposible por conseguir esa esquiva figurita difícil para completar la serie?
Todos los que hemos juntado un álbum siendo niños estamos a punto de revivir esos recuerdos, pero nunca tanto como Rafael Bitrán, nada menos que el coleccionista más grande de Argentina, que tiene en su haber la que quizá sea la figurita más difícil de la historia conocida.
“La conseguí en 2006. Era la más difícil de las difíciles y estaba en el álbum Múnich 74. Fue todo más fácil e inesperado de lo que uno puede imaginarse” contó al diario Clarín este referente en el país gaucho, que ha organizado exposiciones donde no caben sus más de 500 álbumes.
Historiador, coleccionista y dueño de una librería de viejo, este Indiana Jones de los cromos cuenta esto como una anécdota casi irónica donde el Arca Perdida vino hasta él. “Yo ya tenía mi librería y una tarde se me aparece una de esas personas que les venden cosas a los libreros”.
En su trabajo de compra y venta de libros y revistas usadas, no era raro encontrar también álbumes, señala. “Cayó con libros y también con álbumes de figuritas de antes”, recuerda. “Cuando me traen el álbum de Múnich 74 le digo al tipo: Está incompleto fíjate”.
“Me dice que no, le digo que abra en la página de la formación de Zaire, y cuando abre veo que falta una. Viste, le digo”. Sin embargo, en toda aventura épica nunca falta un giro. Esta no fue la excepción. “Pero no, me muestra que había una figurita suelta”.
“Era Mukombo… no lo podía creer. Le conocí la cara a Mukombo. Recuerdo que sentí algo extraño, parecido a lo que sentí cuando conseguí la figurita de Togneri. Dormí junto a Mukombo una semana”.
Mukombo, un ícono (literal)
Casi en ninguna cancha conocerían el nombre de Albert Mwanza Mukombo hoy en día. Pero en el mundo de las láminas, la cosa da un giro de 180 grados. Aquí el jugador que defendió los colores de Zaire (hoy la azotada República del Congo) es poco menos que un ser mitológico, una leyenda.
Algo de justicia para aquel que algunos catalogan como “el peor seleccionado que haya disputado un Mundial”, defensa con humildes 1.64 m. de estatura y el número 3 en la espalda. A nivel de clubes, se desempeñó en el TP Mazembe Lumumbashi.
Titular en los tres partidos de Zaire, primer representante del África negra en un Mundial, tras su breve momento de gloria continuó su carrera sin más novedad. El 13 de octubre de 2001 fallece a los 55 años. Otro logro en un país donde la esperanza de vida es de unos 50 años.
De los últimos de la generación mundialista zairense en partir, tal vez le hubiera gustado saber que dejaría su mayor e inmortal legado en otras canchas tan distintas a las que él pisó. Que lo diga el propio Bitrán: cuando Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma.