Tal vez uno de los negocios más rentables en el mundo es el de la seguridad. La necesidad natural del ser humano por sentirse a salvo es algo que lo acompaña desde sus inicios, y hoy se ha convertido en una industria que mueve millones.
Esta industria tiene entre sus principales objetivos el salvaguardar el hogar, siendo los robos un problema cada vez más frecuente en todo el mundo, y se refleja en un dispositivo tan sencillo y cuyo uso se ha extendido tanto que hoy podemos encontrarlo en cualquier hogar: el candado.
Se trata de un artefacto creado en el siglo XVII, y que por su practicidad y diseño brillante se ha ido perfeccionando a lo largo de los años para convertirse algunos de ellos en auténticas piezas de ingeniería a las que millones en el mundo confían su integridad, la de sus familias y de sus bienes más valiosos.
Sin embargo, ¿de verdad cumplen su objetivo? ¿Estas pequeñas moles de acero son tan infranqueables como aparentan? Según un video publicado en YouTube, lamentablemente no es así. Lo que es peor, con trucos sencillísimos y cierta habilidad, cualquiera podría abrirlos.
El canal de Mr Gear dio una muestra de lo fácil que puede resultar abrir el clásico candado dorado que en nuestro país se usa muy ampliamente. Que lo que vas a leer a continuación te sirva para redoblar la seguridad en tu hogar y no dejarlo todo al cuidado de los candados.
Truco 1: Como en las películas
¿Viste alguna vez aquellas películas donde algún detective o ladrón profesional podía quebrar una complicadísima cerradura usando algo tan insignificante como un clip? Parece que no era ficción. Bueno, al menos en parte, ya que en la vida real se necesitan dos clips.
Como se puede ver en la primera parte, usando algo tan barato y común en cualquier casa u oficina como un sujetapapeles metálico doblado correctamente, uno para girar la cerradura y otro para vulnerarla, se puede abrir un candado en unos segundos.
Truco 2: Fuerza bruta
Un truco menos refinado pero igual de curioso, efectivo y, sobre todo, mucho más simple es el que se presenta a continuación. Algunos candados poseen llaves aparentemente muy únicas y llamativas, como algunas con forma de cruz. Pero que eso no te engañe, no son tan seguras.
De hecho, este puede ser su principal punto débil. No hay que ser un genio para intuir que un desarmador en cruz podría hacer el trabajo. Basta con conseguir uno lo suficientemente fuerte y comenzar la tarea de clavar y ‘taladrar’ la cerradura a punta de golpes y fuerza hasta que ceda.
Truco 3: MacGyver contraataca
Si el primer truco te pareció alucinante, con este vas a volar, aunque requiere más la labor de un espía que la de un ladrón común. Se supone que el individuo debe tener previo acceso a la llave, aunque sea por corto tiempo, con el fin de improvisar un duplicado.
Luego, usando un encendedor, tendrá que ‘quemarla’ hasta que el hollín se impregne bien en su superficie. Aquí entra a tallar una cinta adhesiva, que hará de molde. Tras pegar la cinta en la llave y ver que la huella haya quedado perfecta, todo es cuestión de retirarla y pegarla sobre el material.
En este caso, algo tan simple como un trozo plano de lata puede servir. Luego viene la parte más compleja. Con mucha paciencia y unas tijeras finas, habrá que recortar la lata al estilo de los viejos armables para pegar en cartón, cuidando bien el contorno para tener una réplica exacta.
Luego todo es cuestión de usar la réplica como la llave, junto con un destornillador plano que sirva como “apoyo” para evitar que esta se doble, con cierto cuidado, al girar esta dúplica el candado se abrirá.
En fin... tal vez ya debas pensar en invertir en una buena cerradura o mejor aún, una caja fuerte.
