Chad Groeschen es un hombre de 39 años de edad que vive en Cincinnati, Estados Unidos, y tiene como afición el buceo. Él suele usar lentes de contacto pero ante la incomodidad de tener que sacárselos a diario optó por comprar uno lentes que, de acuerdo a las indicaciones de los fabricantes, podían ser usados durante 30 días sin necesidad de retirarlos.
Solo pasaron dos días y Chad empezó a sentir unos síntomas muy molestos y dolorosos en su ojo izquierdo, lo que desencadenaría en una terrible infección por pseudomonas, una bacteria que lo afectó por permanecer mucho tiempo con los lentes de contacto.
La historia no tiene un final feliz porque los daños causados por esta infección fueron irreversibles y su ojo izquierdo se encuentra en malas condiciones. Es probable que necesite un trasplante de córnea para que recupere la vista en ese ojo.