El cantante canadiense ha querido visitar la Santa Sede hace mucho tiempo, pero recién lo hizo hoy y de forma exclusiva, con un recorrido privado que le ha costado 20.000 euros.
Pero Justin Bieber una vez más ha generado polémica, pues además de no llevar un traje adecuado, se la pasó buena parte de la visita al Vaticano, jugando con un balón, haciendo bromas y riéndose, lo que causó un enorme enfado en el personal que trabaja en la Santa Sede.
Según informa el Daily Mail, el juvenil artista visitó también otros importantes puntos turísticos de la ciudad de Roma, acompañado de unos amigos y asistentes, como el Coliseo, pero no hay noticias de que en estos lugares no supiera comportarse.
La visita de Justin Bieber a la capital italiana también ha tenido horas de nocturnidad, recorrió varias discotecas romanas donde bailó sin parar, siempre rodeado de sus amigos, asistentes, hermosas chicas, y en su mesa había varias botellas de licor.
