El Padre Francis Browne fue un fotógrafo aficionado y estuvo en el primer y último viaje del trasatlántico más famoso de la historia, Titanic. El joven de 31 años viajó en primera clase, su habitación era el número A37 y, por simple curiosidad, se paseó por todos los pasillos y principales áreas de la embarcación. Es así que logró registrar espléndidas imágenes, las mismas que hoy sirven para darnos una idea de cómo se desarrollaban las actividades cotidianas antes de la tragedia. Brownie solo viajó en el trayecto entre Southampton (Inglaterra), de donde había partido el Titanic, hasta Cherburgo (Francia), donde tuvo que desembarcar pese a que solicitó a un obispo superior a seguir con el viaje hasta Nueva York, destino final de la nave.