Un fuerte temporal de calor azotó algunas regiones de China, por lo que miles de personas se las ingeniaron para permanecer lo más fresco posible y los niños no fueron ajenos a ello. Por tal motivo, muchos padres crearon una moda que se hizo conocido en la ciudad de Wenzhou y que consiste en vestir a los infantes con el caparazón de las sandías. Sin embargo, a pesar de las propiedades refrescantes de esta fruta, los dermatólogos han aconsejado que no se usen estos trajes de forma continua, ya que puede causar irritación en la piel de quienes lo lleven puesto y más si son niños. La recomendación fue ignorada por los chinos e incluso la moda alcanzó a los propios adultos.