El periodista peruano Ricardo Quintana Chávez vivió lo que describió como un "verdadero infierno" en la megacárcel Alligator Alcatraz, ubicada en Florida, Estados Unidos, una prisión de máxima seguridad resguardada por 200 mil caimanes y serpientes con capacidad para 5 mil internos.
Quintana no imaginó que su situación se complicaría después de pagar una fianza. "Me tuvieron en un calabozo que fue mi primera sensación de cárcel, hasta las 10 de la noche. De allí abrieron la puerta y me enmarrocaron de pies y manos con una cadena, me subieron a un carro para transportarme a la cárcel del condenado", dijo.
Quintana pasó por siete centros de detención antes de llegar a Alligator Alcatraz, donde experimentó lo que calificó como "tortura psicológica a propósito para que firmes lo que tengas que firmar".
Condiciones inhumanas de internos
El compatriota describió que la entrada a la prisión duró cinco horas dentro de un bus con aire acondicionado muy bajo, permaneciendo encadenado de pies y manos mientras eran picados por mosquitos.
Al llegar, los internos eran "encadenados al piso, no solo de pies y manos, sino al piso, no podías moverte", relató y expresó su incredulidad por todo lo que le estaba pasando simplemente por vender ceviche.
Abusos y maltratos constantes
Según su testimonio, los abusos y maltratos en esta prisión son constantes, con episodios de violencia física por parte de los guardias. "En el comedor había una vez un señor grande de unos 70 años y fue a recargar su agua, pero en lugar de agua, agarró limonada que estaba prohibida y vino un policía y le golpeó la mano", reveló.
Agregó que un joven que intentó defender al anciano, pero terminó golpeado y con el rostro sangrando. Quintana afirmó que las humillaciones, golpes y tratos inhumanos forman parte del día a día de los reclusos en este centro de detención.