Según Víctor Quijada, la centralización generó migraciones masivas, que ocasionaron en la ciudad de Lima y principales urbes un crecimiento desordenado. El proceso de descentralización de competencias se dio por la Ley orgánica de Gobiernos Regionales el año 2002.
A partir de esta ley, se pensó que el país daba un gran paso hacia la ansiada descentralización, pero a partir de diversos hechos hasta el día de hoy, podemos decir que no fue así, ha sido un fracaso.
Pues observamos que, señala el experto, en la mayoría de los gobiernos regionales, se ha enraizado la corrupción, el lavado de activos, el narcotráfico y la incapacidad para ejecutar el presupuesto transferido por el Ejecutivo.
Cada región apunta en distintas direcciones, falta de coordinación con el gobierno central, tanto es así que en plena pandemia algunas de las regiones han ejecutado menos del 50% de su presupuesto. Esto requiere repensar la estrategia de descentralización.