Los rumores sobre un presunto arreglo entre los gobiernos de facto de Perú y Argentina, para que el equipo de este último nos gane por goleada un trascendental encuentro, y logre su ingreso a la fase final del mundial, volvieron a tomar fuerza hace unas semanas.
Tras 34 años de innumerables especulaciones y recientes declaraciones de políticos y periodistas peruanos deportados a la Argentina por esos años, la posibilidad de un acuerdo para que la escuadra albiceleste diera una goleada a los nacionales se hace más creíble.
De dicho partido que terminó 6 a 0 a favor de los argentinos que organizaron el mundial de 1978 se ha dicho mucho, pero la versión que toma más fuerza es la de una presión política por parte de los regímenes dictatoriales de ambos países, con el principal objetivo de limpiar la mala imagen de Argentina.
Incluso el portero del equipo peruano que disputó el Mundial de 1978, Ramón Quiroga (de nacionalidad argentina), señaló su extrañeza por la alineación que mandó a la cancha el técnico Marcos Calderón, así como la actuación apática, de desgano y limitada de algunos compañeros suyos.
Otros antecedentes que acrecientan las sospechas, son la presencia en el vestuario peruano, minutos antes del importante partido, del mandatario de facto argentino Jorge Rafael Videla ( 1976-1981), a quien se le vio platicando con el Héctor Chumpitaz y otros jugadores peruanos.
Asimismo, el exsenador peruano Genaro Ledesma, señaló que él fue un preso político en Argentina y que para su liberación exigían la victoria del conjunto gaucho, organizador del mundial de 1978, sobre la escuadra nacional, que hasta ese entonces había desarrollado una destacada participación.
Tras el revuelo de declaraciones y testimonios que ha surgido en las últimas semanas en torno al caso, la FIFA podría investigar y sancionar a Argentina, hasta llegar a la posibilidad de anular el triunfo ante Holanda y retirarle el campeonato a la escuadra albiceleste.
Fuente Peru.com