Phillip Hughes ha muerto hoy en un hospital de Sídney, dos días después de haber sido golpeado en la cabeza por una pelota mientras bateaba en un estadio de esa ciudad australiana.
El deportista, de 25 años, se fracturó el cráneo y sufrió una hemorragia cerebral, durante el partido entre Australia del Sur y Nueva Gales del Sur. Fue operado e inducido al coma para aliviar la presión en la zona afectada.
Los médicos del Hospital St. Vincent de Sídney han anunciado la muerte del destacado jugador australiano, después de que sus familiares decidieran desconectar los aparatos que lo mantenían vivo.
"Nunca llegó a recobrar la consciencia tras la herida que sufrió. No sufría cuando murió y estaba rodeado de su familia y amigos más cercanos", detalló el jefe del equipo médico del nosocomio.