Desde que la FIFA anunció que Qatar iba ser el anfitrión de la competición futbolística más importante en el 2022, el mundo entero comentó sobre el millonario gasto que realizaría el país árabe; sin embargo, pocos pensaron en el arduo trabajo humano que costaría lograr la ansiada espectacularidad.
Y es que la construcción de lujosos estadios ha costado hasta el momento la vida de 44 obreros a causa de las pésimas condiciones en las que laboran, según un informe del diario inglés The Guardian.
Denuncias revelan que las empresas constructoras prohíben a sus trabajadores tomar agua, sin importar que la temperatura en las ciudades de Qatar bordeen, a veces, los 50 grados. Asimismo, se obliga a los obreros, en su mayoría inmigrantes, trabajar gran cantidad de horas. Otros abusos son que, para evitar la renuncia de los obreros, la constructora retiene sus salarios y hasta sus pasaportes.
"Nos gustaría irnos, pero la compañía no nos deja", expresó un trabajador de Nepal, quien labora en la construcción de Lusail, estadio de la final del Mundial Qatar 2022 y que tendrá una capacidad de 90 mil personas.
Este país de Medio Oriente fue elegida como sede de este importante torneo en medio de una polémica por el intenso calor que azotará el evento y por presuntas compras de votos para su elección.