El pueblo de Dios es uno de los grandes misterios de la religión católica, pues guarda un pasado histórico y espiritual muy importante. Hoy en día se habla de los ‘hijos de Dios’, es decir, todos aquellos que basan su fe en la creencia del mensaje de Jesús, sin embargo, antes del nuevo testamento se hablaba del pueblo de Israel, el cual se remonta muchos siglos atrás.
EL PUEBLO JUDÍO
Se puede decir que el origen del pueblo de Dios se basa en las historias bíblicas del arca de Noé, en el que, tras el diluvio de 40 días y 40 noches, el patriarca y su familia tuvieron la misión de repoblar la Tierra que había quedado totalmente inundada bajo las aguas. En realidad, ese trabajo se focalizó en sus hijos: Sem, Jafet y Cam.
De acuerdo a la historia, de los descendientes de Cam saldrían los africanos, de los de Jafet, la raza aria, y de Sem la población de Medio Oriente. De este último nace el término semita que hoy refiere no solo al pueblo judío, sino a todos los pueblos que hablan alguna lengua semita como el hebreo, árabe, maltesa, entre otras.
ABRAHAM Y JACOB
Abraham es considerado uno de los primeros padres del pueblo de Dios. Perteneció al pueblo hebreo y fue él quien, según la Biblia, recibió el mensaje de Dios con la promesa de recibir la Tierra Prometida, es decir, Canaán, que es el actual territorio de Israel y Palestina. De Abraham nacieron Ismael e Isaac, y de este último continuaría la línea del pueblo hebreo, mientras que del primero provendría el pueblo árabe.
De Isaac nacería Jacob, quien también recibió el mensaje divino de ser padre de naciones y cambió su nombre a Israel. Tuvo doce hijos de donde nacieron las doce tribus de Israel las que llegaron a formar reinos y se unificaron alrededor del año 1030 a.C. bajo el mando de los antiguos reyes de Israel: Saul, David y Salomón.
Del reino de Israel se desprende el reino de Judá que también profesaba la religión monoteísta. Durante muchos años estos reinos fueron invadidos por diversos imperios, lo que generó que muchos de los judíos e Israelitas huyeran a otras tierras.
Durante la ocupación romana, la tierra de Judea fue disuelta a favor de la Sirio Palestina, nombre del que posteriormente nacería la actual Palestina.
TIERRA PROMETIDA Y LA CREACIÓN DE ISRAEL
Entre 1099 y 1291 se realizaron las grandes cruzadas. Tanto los judíos, como los islamitas y los cristianos consideran a Canaán tierra sagrada, puesto que en ese espacio sucedieron tres momentos religiosos muy importantes: la entrega de la ley que Dios le dio a Moisés (judíos), Mahoma asciende a los cielos (musulmanes) y la crucifixión de Jesús (cristianos). Los cristianos, en ese entonces, iniciaron las guerras contra los musulmanes llamadas cruzadas, y durante sus diversas incursiones lograron fundar el reino de Jerusalén.
Por otro lado, las diásporas de los judíos a diferentes partes de Europa generaron un rechazo generalizado con el pasar del tiempo, por lo que nació un movimiento que promovía el retorno de los judíos a sus tierras. Tras cinco grandes olas de migraciones de judíos a las tierras árabes, desarrolladas en diferentes años, empezaron los roces entre judíos y árabes, razón por la que en 1948 las Naciones Unidas crea el estado de Israel y el estado árabe o Palestino, lo cual generó el inicio de diversas incursiones militares entre árabes e israelíes por el control de la zona, una disputa que aún hoy continúa, pese a que ambas naciones tienen un mismo origen religioso que las uniría en lugar de separarlas.
EL PUEBLO DE DIOS HOY
Hoy en día que el catolicismo está tan expandido en el mundo, que cabe preguntarse si solo son hijos de Dios los del pueblo de Israel. De acuerdo a la enseñanza de la iglesia actual, aquel que acepta a Jesucristo en su corazón como Salvador y Señor se convierte en parte del pueblo de Dios, esto gracias a una decisión libre de seguir a Dios solamente, en ese sentido, nos convertimos verdaderamente en su pueblo.
Referencias
El Mapa de Sebas
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