Ya hace más de 73 años que ocurrió el bombardeo de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki que puso fin a la Segunda Guerra Mundial. Un hito en la historia además por constatar el devastador y terrorífico poder de las armas nuclearessobre la población civil.
Se calcula que, de las 350 000 personas que vivían en la primera ciudad, la bomba atómica lanzada el 6 de agosto de 1945 mató a 80 000, mientras que casi 80% de los edificios fueron destruidos o severamente dañados. Aún se discute cuál fue la cifra total de muertos con el efecto de la radiación.
No obstante, se estima que la cifra total de víctimas estaría entre 90 000 y 166 000. Hoy en esta ciudad, reconstruida literalmente desde las cenizas, habitan 1 174 000 personas. La situación en Nagasaki fue mayor, el 9 de agosto de 1945.
De las 263 000 personas que vivían en esta ciudad se calcula que, en menos de un segundo tras la detonación, entre 39 000 y 80 000 murieron. El norte de la localidad quedó destruido. Actualmente viven aquí unas 450 000 personas.
Más allá en el tiempo y el espacio está Chernóbil, nombre convertido en sinónimo del mayor desastre nuclear de la historia. La madrugada del 26 de abril de 1986, un reactor de la planta ubicada en esta ciudad de la entonces Unión Soviética explotó y se incendió, liberando una ola radioactiva.
Las víctimas directas del accidente suman 31. Los efectos a largo plazo de la radiación, por otro lado, siguen investigándose ¿Pero cómo fue que mientras las dos primeras ciudades han podido reconstruirse y recuperarse, la segunda se ha convertido en un desierto mortal que durará miles de años?
Gizmodo, citada por BBC Mundo, se hizo esta curiosa pregunta. Existen tres razones principales para ello: la cantidad de combustible nuclear, las diferencias en la reacción y la ubicación en que se produjeron estos incidentes.
La bomba ‘Little Boy’, que cayó sobre Hiroshima, llevaba 63 kilogramos de uranio enriquecido. ‘Fat Man’, en Nagasaki, unos 6,2 kilos de plutonio. El reactor cuatro de Chernóbil tenía unas 180 toneladas de combustible nuclear. 2% (3600 kilos) era uranio puro.
Al momento de la explosión el reactor, se calcula, liberó siete toneladas de combustible nuclear. En total el desastre emitió 100 veces más radiación que las dos bombas de Nagasaki e Hiroshima. Lo que sigue son las diferencias en la reacción nuclear.
En el caso de la bomba de Hiroshima solo reaccionó cerca de 0,90 kg de uranio. Asimismo, en Nagasaki solo 0,90 kg del plutonio se sometió a la fisión nuclear. Chernóbil, con siete toneladas de combustible nuclear liberado y tal cantidad de partículas radiactivas, liberó en la fusión isótopos que incluían xenón, yodo radioactivo y cesio.
Respecto a la ubicación, cabe señalar que las bombas de Hiroshima y Nagasaki detonaron en el aire y a cientos de metros de la superficie, causando que los depósitos radioactivos se dispersaran por el efecto de nube de la explosión. En Chernóbil la fusión del reactor ocurrió en la superficie.
La consecuencia fue una activación de neutrones, que provocó que la tierra se volviera radioactiva. Physics Stack Exchange, página que sirve para el intercambio de información de física, indica que en ambos casos (aunque funcionan con los mismos principios), los procesos “son muy diferentes”.
La bomba atómica busca liberar la mayor energía posible en el menor tiempo como resultado de la reacción de una fisión nuclear. Ello para infligir el mayor daño y anular al enemigo. Así, los isótopos radioactivos en una explosión atómica tienen un período de vida relativamente corto.
En cambio, un reactor nuclear está diseñado para producir energía de un proceso de reacción lento y sostenido, lo que hace que se creen materiales de desechos nucleares con una vida relativamente larga. La radiación inicial de un accidente nuclear puede ser mucho más baja, pero perdurará más tiempo.
Tanto así, que se dice que tendrían que pasar unos 20 000 años para que la zona de exclusión de Chernóbil pueda volver a ser habitable.