Luego de siete años de trabajos y polémicas, el antiguo monumento fue reabierto en el día en que se conmemora el natalicio de Roma.
El Ara Pacis cuenta además con un nuevo museo que representa la primera obra de arquitectura realizada en el centro histórico de la Ciudad Eterna desde la caída del fascismo, hace 60 años.
Pero la novedad está, sobre todo, en la inmensa vitrina de vidrio, mármol y acero que encierra al monumento, inaugurado por el alcalde, Walter Veltroni y con la presencia de Meier.
La “ vitrina ” está sostenida por columnas de acero recubiertas de fibra de vidrio. Un doble cristal, que contiene en un doble fondo un gas inerte, hace visible al monumento desde afuera y protege al altar de eventuales terremotos.
El nuevo museo del Ara Pacis será parte integrante del plan general para la renovación urbana de la zona del Augusteo, en el centro histórico de Roma, a unos pasos del río Tíber, recordó Veltroni.
Un padillón central, de día iluminado por la luz que entra a través de los más de mil 1500 metros cuadrados de vidrio templado, recibe a los visitantes. De noche la vitrina cuenta con una luz artificial especial que la hace resaltar en la zona.
La construcción del Ara Pacis fue decretada por el Senado romano en el año 13 Antes de Cristo para honrar el retorno del emperador Augusto luego de tres años de permanencia en las provincias de Galia y España.
El altar, dedicado a la “ paz augustea ” , constituyó la última etapa de un proceso de tres décadas iniciado con la muerte de César y concluido con la pacificación victoriosa, representada en los relieves del Ara Pacis.
(Agencias)