Tras cientos de años, el Papa Benedicto XVI ha sugerido en su libro ‘La infancia de Jesús’, que los Melchor, Gaspar y Baltasar no salieron de Oriente con sus regalos sino de Occidente, en concreto de Andalucía, sur de España.
Los misteriosos reyes provenían de los Tartessos, una milenaria cultura que floreció en la ría de Huelva, una gran desembocadura en el océano Atlántico, lugar donde todavía se puede sentir su magia. De hecho, vecinos de Corrales, Huelva, participan cada año en un Belén (pesebre) viviente.
Desde hace seis años, en un lote baldío, la comunidad de dicha provincia se vuelca voluntariamente para construir con madera y paja el nacimiento viviente con familias hebreas y centuriones romanos. También escenifican en un cinema el encuentro de los Reyes Magos antes de partir a Belén.
En el pasado, Tartessos era el principal proveedor de cobre, bronce y plata del Mediterráneo hasta que su riqueza atrajo la invasión de los cartagineses. Las minas han acompañado históricamente a la región, al igual que los declives económicos. Siguiendo el curso de la ría está Palos de Moguer, donde Colón se embarcó hacia las Indias.
En los países de tradición católica, se adoptó la costumbre de celebrar al mismo tiempo el día de la Epifanía (el 6 de enero) y la festividad de los Reyes Magos, conjugándose así la manifestación de Jesús al mundo no judío con la fiesta de estos personajes que representaban justamente ese mundo de gentiles.