Los emblemáticos leones de Fu, ubicados en la entrada de la calle Capón en el Barrio Chino de Lima, ya no custodian libres el acceso como antes. Tras sufrir reiterados actos de vandalismo, el último a inicios de mes, ahora permanecen resguardados dentro de urnas de vidrio para evitar que nuevamente les arranquen sus colmillos o la esfera de cristal que sostienen.
En el mundo, estas esculturas milenarias —símbolos del feng shui y guardianes de templos y portales— protegen espacios en ciudades como Pekín, Londres o San Francisco. En Lima, sin embargo, se han convertido en frágiles piezas de museo.
La energía interrumpida
De acuerdo con el maestro del horóscopo chino Francisco Choy, las urnas impiden que los leones transmitan plenamente su energía. “Necesitan recibir la fuerza del sol, la luna y el viento. Encerrados, se adormecen”, explicó. Por ello, esta semana realizó un ritual con campanas y cuencos tibetanos para “activar” nuevamente su poder protector.
Los robos a estas esculturas no son nuevos. En noviembre de 2024 ya habían sido dañadas, incluso la esfera de cristal se volvió viral en redes por falsas creencias de que traía suerte. “Quizás piensan que les dará fortuna, pero en realidad están atrayendo consecuencias negativas”, advirtió el maestro Choy.
Los vecinos y visitantes coinciden en que, además del resguardo con vitrinas, la Municipalidad de Lima debería instalar cámaras de seguridad en la zona para evitar nuevos atentados. “No se trata solo de proteger los leones, sino también de preservar un símbolo cultural y el vínculo histórico entre Perú y China”, señalaron.