Un hallazgo arqueológico de gran valor histórico y cultural está en el centro de la controversia. Arqueólogos de Prolima descubrieron el arco del puente Trujillo, una de las estructuras más antiguas de la ciudad de Lima que data del siglo XVI. Sin embargo, el Ejecutivo ha decidido que el sitio vuelva a quedar enterrado bajo tierra.
El ministro de Cultura, Fabricio Valencia, argumentó que las excavaciones realizadas en la zona —cercana a Palacio de Gobierno— representan un riesgo para la seguridad de la presidenta Dina Boluarte. “La secretaría de seguridad de Palacio ha determinado que estas excavaciones ponen en inseguridad a Palacio de Gobierno”, sostuvo.
ARQUEÓLOGOS SE PRONUNCIAN
La decisión ha generado rechazo en el equipo de arqueólogos a cargo de la investigación. Ernesto Lazo, coordinador del grupo, descartó que los trabajos representen algún peligro. “Ni nosotros ni Prolima somos una amenaza para la mandataria. Vehículos oficiales transitan con total libertad en la zona”, afirmó.
Valencia intentó restar importancia al hallazgo al señalar que solo se cubriría nuevamente menos del 2% del área autorizada para excavaciones. Sin embargo, Lazo respondió que el asunto no es cuantitativo, sino patrimonial, ya que los vestigios hallados contribuyen a la identidad limeña. El equipo de arqueología anunció que en los próximos días presentará un informe técnico para rebatir los argumentos del Ejecutivo y defender la preservación del hallazgo.