Con un solo mensaje de voz o video, decenas de colectiveros en Lima se ponen en alerta. En sus chats internos circulan advertencias como “ATU, ATU, precaución” acompañadas de grabaciones que muestran a inspectores en plena vía, e incluso amenazas como “le meten granada”. Ese sistema de vigilancia informal quedó al descubierto mientras la entidad enfrenta una creciente ola de agresiones, que incluye hostigamientos, bloqueos y atentados, como el reciente incendio de una miniván ocurrido hace una semana en San Borja.
Durante los últimos años, los inspectores de la ATU se han convertido en blanco constante de ataques por parte de conductores que buscan evadir la fiscalización para seguir operando en la informalidad. Según la entidad, los colectiveros realizan un seguimiento meticuloso de cada operativo: identifican rutas, registran desplazamientos y alertan en tiempo real los movimientos del personal. “Tienen personas que graban, informan y vigilan desde que el personal sale del centro”, confirmó Luis Rivera, subdirector de Fiscalización de la ATU.
Ante estas maniobras, la ATU también ha desarrollado estrategias de respuesta. Rivera explica que la institución se ha infiltrado en grupos y transmisiones en vivo que los colectiveros usan para coordinar sus acciones. Esto les permite anticiparse a bloqueos o emboscadas y ejecutar operativos más seguros. Además, como medida de contención, la entidad impulsa el proceso de chatarrero para vehículos con multas acumuladas, impidiéndoles volver a circular de manera informal. Una vez concluido el procedimiento sancionador, las unidades quedan en abandono y son destruidas.
TRANSPORTE INFORMAL
La ATU informó que solo en lo que va del año han internado más de 5 mil vehículos por brindar servicio informal. Y para reducir los riesgos durante cada intervención, sus inspectores cuentan con el apoyo permanente de 35 agentes policiales. Sin embargo, el problema persiste: los ataques, las redes de vigilancia y la capacidad de organización de los colectiveros muestran una presión creciente sobre la autoridad, en una disputa que se libra todos los días en las principales vías de la capital.