El transporte público de Lima dejará de funcionar una vez más como medida de fuerza frente al incremento de la violencia y la extorsión. El gremio Transportes Unidos, que agrupa a las empresas formales del norte, sur y este de la capital, anunció un paro de 24 horas para el martes 4 de noviembre, debido a que los ataques contra choferes y cobradores continúan sin respuesta efectiva de las autoridades.
Martín Ojeda, vocero de Transportes Unidos, explicó que la paralización será pacífica y consistirá en el “apagado de motores” y una marcha simbólica de buses. “El apagado de motores y la marcha pacífica se va a realizar inexorablemente el día martes 4 de noviembre”, señaló. Además, recordó que más de cinco conductores han sido asesinados desde el 6 de octubre, cuando se realizó la última protesta. “Esto no es un tira piedra —precisó—, es un grito al cielo para decir basta ya de tanta muerte”.
Ojeda también denunció el incumplimiento de los acuerdos firmados en las mesas de trabajo con el Ejecutivo. “Se hizo un acta con cerca de 14 puntos, no se cumplió ninguno; el primero era mejorar la coordinación entre los poderes del Estado”, afirmó. Añadió que ni siquiera se ha aprobado el decreto supremo solicitado por la Policía para fortalecer la lucha contra el sicariato en el transporte. Según dijo, la situación se agrava porque las bandas criminales actúan con más violencia y se disputan el control de los cobros extorsivos.
CORREDORES COMPLEMENTARIOS
Finalmente, Transportes Unidos aclaró que los corredores complementarios sí operarán con normalidad, debido a sus contratos con el Estado, aunque expresarán su respaldo al resto de los transportistas mediante otras acciones. El gremio pidió al Gobierno garantizar la seguridad en las rutas y evitar más pérdidas humanas en un sector que, aseguran, “vive con miedo todos los días”.