La ola celeste llega a Miraflores: crece la polémica por colores partidarios en obras públicas
Vecinos y especialistas cuestionan el uso del celeste en señalización y estructuras urbanas vinculadas a Renovación Popular.
Vecinos y especialistas cuestionan el uso del celeste en señalización y estructuras urbanas vinculadas a Renovación Popular.
El distrito de Miraflores se ha convertido en el epicentro de una creciente polémica tras la implementación de obras urbanas que emplean colores asociados al partido Renovación Popular. Bolardos, señalizaciones y estructuras como el nuevo puente que unirá Miraflores con Barranco lucen ahora tonalidades celestes, generando sospechas de un posible uso político del espacio público. La crítica se intensifica al considerar que el alcalde Carlos Canales, promotor de estas obras, es militante de Renovación Popular y uno de los aliados más cercanos del líder del partido, Rafael López Aliaga, quien ya ha confirmado su intención de postular en las elecciones presidenciales del 2026.
Obras públicas, propaganda encubierta y neutralidad estatal
Este cambio cromático no ha pasado desapercibido en un contexto preelectoral. La preocupación de vecinos y analistas gira en torno a la posible vulneración de los artículos 32 y 33 del reglamento sobre propaganda electoral y neutralidad en el uso de recursos estatales. Para muchos, el uso del celeste, característico de la imagen de Renovación Popular, podría estar configurando una campaña subliminal que favorece al partido desde los espacios públicos, en desmedro del principio de equidad electoral. La situación evoca épocas anteriores, como los años del color amarillo predominante durante las gestiones de Solidaridad Nacional bajo el liderazgo de Luis Castañeda Lossio.
Aunque desde la municipalidad se argumenta que los tonos empleados evocan el océano Pacífico y buscan darle identidad estética al distrito, las similitudes con los colores partidarios son difíciles de ignorar. Incluso ciudadanos con alteraciones en la visión cromática, como el daltonismo, han cuestionado la elección del color, manifestando su percepción de una clara asociación con el celeste partidario. Esto ha llevado a que se soliciten investigaciones desde el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) para determinar si efectivamente existe una infracción a la neutralidad que debe regir a los gobiernos locales.
El caso de Miraflores no es aislado. Otros distritos limeños, como Lince, también muestran señales de un alineamiento estético con la campaña de Renovación Popular. De los 43 distritos de Lima, 12 alcaldes pertenecen a dicho partido, lo que refuerza las alertas sobre una posible estrategia de posicionamiento político a través del mobiliario urbano. En este escenario, crecen los llamados a que se fiscalicen estos casos y se garanticen elecciones limpias y justas, libres de cualquier tipo de ventaja irregular desde el aparato municipal.