Irán responde a bombardeos israelíes y acusa a Tel Aviv de crímenes de guerra
Bombardeos cruzados entre ambos países alimentan temores de un conflicto regional con consecuencias globales.
Bombardeos cruzados entre ambos países alimentan temores de un conflicto regional con consecuencias globales.
El conflicto entre Israel e Irán ha alcanzado un nuevo punto crítico. A las 11:12 a.m. del último viernes 13 de junio, hora local, las sirenas antiaéreas volvieron a sonar en distintas ciudades israelíes tras el lanzamiento de una nueva ola de misiles iraníes. La acción fue una respuesta directa a los bombardeos israelíes sobre territorio iraní, lo que ha intensificado una confrontación que amenaza con desestabilizar aún más la región. Israel sostiene que sus ofensivas forman parte de una operación preventiva para debilitar el programa nuclear y balístico iraní, el cual considera una amenaza existencial.
En un discurso reciente, las autoridades israelíes justificaron sus ataques asegurando que Irán no puede tener acceso a armas nucleares, calificando al régimen iraní como uno de los más peligrosos del planeta. De acuerdo con su postura, las agresiones contra objetivos militares en Irán son parte de una estrategia planificada y no de un operativo aislado. “Estamos en el minuto 90”, dijo un portavoz militar israelí, aludiendo a lo avanzado del conflicto y dejando en claro que los ataques continuarán.
Doble rasero nuclear y el riesgo de un conflicto regional mayor
Irán, por su parte, ha condenado los ataques israelíes, calificándolos como crímenes que no quedarán impunes. El presidente iraní, Masud Peshaki, advirtió que su país no se quedará de brazos cruzados frente a la agresión. En medio del cruce de declaraciones, surgen cuestionamientos sobre la legitimidad del uso de la fuerza como medida preventiva. Analistas como el internacionalista Miguel Rodríguez Mackay advierten que este escenario rompe con las normas fundamentales del derecho internacional, al permitir que un Estado actúe militarmente sin haber sido atacado de forma directa.
La preocupación se extiende a nivel global debido al potencial de un conflicto de mayores proporciones. Rodríguez Mackay enfatizó que ambos países poseen capacidades nucleares, lo cual incrementa el riesgo de una destrucción mutua asegurada si las hostilidades escalan. Además, recordó que Israel no ha suscrito el Tratado de No Proliferación Nuclear, lo que añade un elemento de ambigüedad y desigualdad a este tenso enfrentamiento. La comunidad internacional observa con inquietud, mientras el Medio Oriente vuelve a colocarse en el centro de la inestabilidad global.