Se trata de una prueba llevada a cabo con las famosas mascarillas con filtro, ya que las partículas de saliva se esparcen en un área extensa cuando se tose o estornuda, al pasar los segundos las partículas de agua siguen el aire, cuando viene un segundo estornudo. Lo mismo ocurre con los protectores faciales, las partículas salen tanto por encima como por debajo del protector y luego se esparcen sin control.
Se trata de un experimento llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de Florida en Estados Unidos y demuestra que los dispositivos son ineficaces por sí solos para prevenir la propagación del coronavirus.
Los científicos concluyeron que a pesar de la comodidad que ambos tipos de dispositivos ofrecen, las mascarillas de tela de calidad y las médicas, de diseño más sencillo, son preferibles en el esfuerzo para prevenir la propagación del virus.
Las autoridades sanitarias han desalentado el uso de las máscaras N-95con válvulas porque, si bien protegen al usuario, esparcen más fácilmente las partículas de saliva.