Alrededor de 400 inmigrantes aprovecharon la oscuridad de la noche para trepar las vallas que separan las fronteras de México y Estados Unidos, para llegar a este último país.
Sin embargo, estas personas en vez de huir de las autoridades estadounidenses, se entregaron en un intento de pedir asilo y quedarse legalmente en la nación norteamericana.
Varios de ellos también se animaron a cruzar de día el paso fronterizo, mientras que otros desistieron. En tanto, el panorama en Tijuana continúa siendo crítico, pues en las últimas horas se detuvo a una de las líderes de la caravana, quien incitaba a sus compañeros a no dejar el refugio Benito Juárez tras la llegada de buses para trasladar a las personas a un nuevo albergue.