En Brasil, miles de manifestantes asistieron hasta la ciudad para exigir nuevamente la renuncia del presidente Michel Temer, quien se encuentra envuelto en un escándalo de corrupción. Los protestantes ocasionaron daños en diversas entidades del Estado e incluso prendieron fuego a la sede principal del Ministerio de Agricultura.
Estos actos violentos no solo provocaron la evacuación de las instituciones, sino que también generaron el despliegue de las Fuerzas Armadas para controlar la situación cuando las personas intentaban llegar más allá de la explanada de los ministerios. Por ello, los agentes policiales optaron por frenarlos con gas pimienta y bombas lacrimógenas.
Cabe señalar que los enfrentamientos dejaron más de una veintena de heridos entre efectivos policiales y protestantes, así como siete individuos detenidos.