Hicieron un alto a los puñetes, llaves y patadas voladoras para rendir un homenaje a la Virgen de Guadalupe. Cientos de luchadores, muchos de ellos con los rostros pintados y con máscaras, peregrinaron por las calles de Ciudad de México hasta llegar a la Basílica Central.
No faltaron los fanáticos que se unieron en la caminata y aprovechar para pedirles autógrafos. Esta peregrinación de peleadores se realiza cada verano y tiene como fin agradecer por todos los logros y triunfos y culmina la jornada escuchando misa.
“Más que nada agradecerle a la virgen porque hemos salido ilesos de muchas funciones y de muchos retos que hemos tenido y de corazón vengo a darle gracias a la Virgen”, refirió uno de los peleadores.
Los luchadores saben que no todo es luchar en la vida, también hay que darse un tiempo para la fe.