El torneo futbolístico se disputará del 21 de noviembre al 18 de diciembre, en pleno invierno qatarí, para evitar las altas temperaturas veraniegas, que alcanzan los 50 grados centígrados.
Un mundial de solo 28 días, la idea es afectar lo menos posible los calendarios de los clubes y las ligas europeas que, por esos días, tendrán que detenerse en medio de sus temporadas.