Esther Mendoza vive en Ica, tiene 42 años y llegó hasta Volverte a Ver en busca de su padre, a quien nunca conoció. Él se alejó de su familia y, pese a que tuvo el cariño de un padre adoptivo, ahora fallecido, siempre albergó la esperanza de poder ver al hombre que le dio el ser.
Apoyada por su madre Marta Ramírez, Esther viajó a Lima dispuesta a encontrar, perdonar y olvidar el pasado a cambio de poder tener frente a frente a Silvestre Mendoza Durán, de quien tuvo la pista de que se encontraría en Satipo.
Finalmente, el equipo de Volverte a Ver ubicó a Don Silvestre, quien estuvo trabajando en una hacienda cafetera en Satipo, y finalmente pudo encontrarse con su hija tras tanto tiempo. Ahora, Esther puede comenzar a escribir la parte que faltaba de su historia.