El gigante de las búsquedas en internet se autocastigó por infringir sus propias normas publicitarias, luego de que la compañía contratara a una empresa para promocionar Chrome y esta pagara a bloggers para que el link de la web del navegador aparezca en sus webs.
Pese a asegurar no ser directamente responsable, Google pidió disculpas públicas por quebrantar sus reglas de promoción y posicionamiento de enlaces y se penalizó a sí mismo al no priorizar sus búsquedas a la página oficial de Chrome por un plazo de sesenta días.