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Hace 2 horas

Ciencia cerebral al límite: crean implante capaz de 'leer pensamientos' con gran precisión

La Universidad de Stanford logra decodificar en tiempo real pensamientos destinados a ser palabras, un avance que podría transformar la vida de pacientes con parálisis.

Foto: France 24



Científicos de la Universidad de Stanford han logrado lo que hasta hace poco parecía un recurso exclusivo de la ciencia ficción: traducir en tiempo real los pensamientos que una persona imagina pronunciar. El hito fue posible gracias a un implante cerebral conectado a sistemas de inteligencia artificial, que permitió a pacientes con parálisis grave “expresar” frases sin mover labios ni producir sonidos. La investigación, publicada en Cell, marca un precedente en la comunicación para personas con ELA o que han sufrido accidentes cerebrovasculares.

El dispositivo funciona registrando señales neuronales a través de microelectrodos implantados en la corteza motora, la región cerebral vinculada al habla. Posteriormente, un modelo de IA decodifica estas señales en fonemas, palabras y oraciones. Durante las pruebas, la precisión alcanzó un 74% en tiempo real, un porcentaje nunca visto en este campo. “Se trata de la primera demostración sólida de que el lenguaje interno puede traducirse directamente”, señaló la neurocientífica Erin Kunz, autora principal del estudio.

Una nueva frontera: la privacidad mental

El hallazgo no solo despierta entusiasmo médico, también enciende alarmas sobre privacidad y consentimiento. En algunos ensayos, el sistema captó pensamientos que no habían sido solicitados, lo que llevó al equipo a introducir un mecanismo de protección: una “contraseña mental” que bloquea la decodificación sin autorización del usuario. Según reportaron, la clave “chitty chitty bang bang” evitó en más del 98% de los casos que se filtraran pensamientos no deseados. Para especialistas en bioética, esta innovación ofrece un primer paso hacia los llamados “neuroderechos”, es decir, la garantía de que la mente siga siendo un espacio inviolable.

A pesar del impacto mediático, los científicos advierten que aún se trata de una prueba de concepto. El vocabulario es limitado, el entrenamiento para cada paciente es prolongado y la cirugía sigue siendo invasiva. No obstante, el estudio abre un debate central: cómo equilibrar el beneficio de devolver una voz a quienes la perdieron con la necesidad de proteger la intimidad mental de cada persona.


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