El cosmos volvió a sorprendernos. El pasado 1 de julio de 2025, el telescopio ATLAS ubicado en Río Hurtado, Chile, fue el primero en detectar al misterioso 3I/ATLAS, un cometa que “viene desde afuera de nuestro sistema solar”, según la NASA. Esta es apenas la tercera vez en la historia que se descubre un objeto de origen interestelar. Las observaciones iniciales no solo confirmaron su extraña trayectoria hiperbólica, sino que además mostraron que el objeto se desplaza “demasiado rápido como para estar limitado por la gravedad del Sol”.
Las señales de que no era un cuerpo común y corriente aparecieron pronto. La NASA detalló que desde su primer avistamiento, “se recopilaron observaciones hechas antes del descubrimiento en los archivos de tres telescopios ATLAS en diferentes partes del mundo”, revelando que el cometa ya estaba siendo captado desde el 14 de junio. Su llegada desató inmediatamente una oleada de curiosidad entre astrónomos y seguidores del espacio, avivando incluso las teorías sobre inteligencia extraterrestre.

Un cometa en ruta de paso, no de impacto
Si bien su visita es inusual, no representa ninguna amenaza para nuestro planeta. La agencia espacial estadounidense aseguró que “el cometa 3I/ATLAS no representa una amenaza para la Tierra” y que su punto más cercano será “alrededor de 1,8 unidades astronómicas”, es decir, más de 270 millones de kilómetros. En otras palabras, un margen seguro. Este cuerpo celeste alcanzará su perihelio —el punto más próximo al Sol— “alrededor del 30 de octubre de 2025”, justo dentro de la órbita de Marte.
Sus características también ayudan a disipar temores. Aunque aún se desconoce su tamaño exacto, se estima que tiene entre 20 y 40 kilómetros de diámetro, y, según la NASA, “está activo, lo que significa que tiene un núcleo helado y una coma”, rasgo típico de los cometas. Aun así, su velocidad es impresionante: cuando fue descubierto, viajaba “a unos 221.000 kilómetros por hora”, y continuará acelerando conforme se acerque al Sol.

Una trayectoria que no deja dudas
Lo que hace especial a 3I/ATLAS no es solo su velocidad o composición, sino su origen. Su trayectoria no es circular ni elíptica, como la mayoría de los cuerpos en nuestro sistema solar. La NASA ha explicado que “su órbita no sigue una trayectoria cerrada alrededor del Sol”, lo cual confirma su naturaleza interestelar. Este tipo de órbita hiperbólica demuestra que “simplemente está pasando por nuestro sistema solar y continuará su viaje hacia el espacio interestelar, para nunca más ser visto de nuevo”.
El cometa proviene de una dirección cercana a la constelación de Sagitario, que coincide con la región central de la Vía Láctea. Según la agencia espacial, “3I/ATLAS se formó en otro sistema estelar y de alguna manera fue expulsado al espacio interestelar”. Durante millones —o incluso miles de millones— de años ha viajado hasta llegar a nuestras cercanías cósmicas.

¿Cometa o nave alienígena?
Su paso fugaz por nuestro vecindario estelar no ha pasado desapercibido para los científicos ni para los teóricos del espacio profundo. El controversial astrónomo Avi Loeb, quien ya sugirió que el objeto interestelar 'Oumuamua podría haber sido un artefacto alienígena, ha vuelto a plantear interrogantes sobre si 3I/ATLAS podría ser más que un simple cometa. Aunque la NASA no ha avalado tales hipótesis, su postura es clara: “Los astrónomos aún no saben qué tan grande es 3I/ATLAS”, pero lo clasifican como cometa por su actividad cometaria observable.
Más allá de teorías especulativas, la comunidad científica internacional está volcando sus instrumentos hacia el cometa. Según la NASA, “3I/ATLAS debería permanecer visible para los telescopios terrestres hasta septiembre de 2025”, y posteriormente reaparecerá “en el otro lado del Sol a principios de diciembre de 2025”, lo cual permitirá nuevas observaciones.
La historia de 3I/ATLAS está apenas comenzando, pero ya ha ganado un lugar privilegiado entre los grandes enigmas del espacio. Su nombre, como señala la NASA, “lleva la letra ‘I’ por ‘interestelar’” y un número que lo coloca en una lista muy exclusiva: es apenas el tercero de su clase conocido por la humanidad.