A medida que la inteligencia artificial y la automatización transforman industrias globales, los especialistas en inteligencia artificial aplicada se perfilan como la profesión del futuro, de acuerdo con proyecciones de OpenAI, el Foro Económico Mundial y el informe “AI Index 2024” de Stanford. Este perfil será vital no solo en tecnología, sino en salud, justicia y educación, donde se requerirá entrenar y supervisar modelos de IA con criterios éticos y humanos.
¿QUÉ PROFESIONES DOMINARÁN EL MERCADO?
Además de los expertos en IA, las profesiones del futuro incluyen analistas de datos, desarrolladores de realidad aumentada, especialistas en energías renovables y expertos en ciberseguridad. El Foro Económico Mundial señaló que el 85% de las empresas planea adoptar IA en los próximos cinco años, creando millones de nuevos empleos en análisis de datos y automatización, mientras McKinsey prevé que hasta el 30% de las horas trabajadas en el mundo podrían automatizarse antes de 2030. “Las profesiones que integren creatividad, pensamiento crítico y habilidades tecnológicas tendrán un futuro sólido”, señala ChatGPT de OpenAI.
¿QUÉ PROFESIONES PERDERÁN RELEVANCIA?
El avance de la inteligencia artificial también reducirá el interés en profesiones con tareas repetitivas y fácilmente automatizables, como operadores de call center, cajeros, ciertos tipos de administrativos, ensambladores de línea de producción y contadores que realizan funciones rutinarias sin análisis especializado. Según McKinsey, estos roles serán reemplazados por sistemas de IA y robótica, mientras el mercado demandará perfiles capaces de aportar criterio humano en la supervisión de algoritmos y soluciones tecnológicas con impacto social.
Por otro lado, la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA) proyecta que las energías limpias crearán más de 38 millones de empleos en 2030, impulsando una demanda de técnicos e ingenieros especializados en energías renovables. Los educadores y terapeutas digitales también serán necesarios para acompañar la transición emocional y de habilidades que requiere la convivencia con la automatización y el aprendizaje de nuevas competencias en un mercado que cambia aceleradamente.
El futuro del trabajo exige adaptabilidad, pensamiento estratégico y formación constante para enfrentar la automatización, consolidando así un mercado en el que solo quienes aporten valor con propósito humano y social se mantendrán vigentes en las próximas décadas.