En el imaginario del ser humano, una de sus más recurrentes y mórbidas fantasías es la de su propia destrucción. A lo largo de la historia y en todas las culturas podemos encontrar historias, profecías y demás que nos transportan hacia el inevitable final de todo.
Muchas de esas historias las cuenta la ciencia ficción, al trasladarnos a un apocalipsis tecnológico en el que robots con inteligencia artificial acabarán rebelándose contra sus creadores para dominar el mundo. El tema es fascinante porque supone preguntar: ¿Podría ocurrir en realidad?
Aunque hay todo un debate al respecto, lo cierto es que la inteligencia artificial, de la mano del hombre, continúa desarrollándose. Una de las pruebas más recientes es la canción ‘Daddy’s Car’ (El auto de papá), compuesta nada menos que por una inteligencia artificial.
En efecto. Esta canción pop, con una melodía que transporta inevitablemente a la década de los sesenta y un sonido que recuerda al de los Beatles, fue producida por Flow Machines, tecnología avanzada de Sony, en base a un banco de 13 000 canciones de grupos distintos.
Quien hizo los arreglos y dio voz a las partituras y el orden de las palabras seleccionado por el software fue el músico Benoit Carré. No se trata de la primera obra hecha por inteligencia artificial (ya hubo un corto, un poemario y otras canciones), pero este sí que ha llamado la atención.
Es que su letra, ligera y que por momentos hasta denota incoherencias propias de un traductor automático, ha estimulado la imaginación al punto en que no faltó quien ha visto en ella un oscuro mensaje acerca del final de la humanidad.
Eso es lo que ha ocurrido con James Vincent del sitio The Verge, para quien ‘Daddy’s Car’ no es más que una “terrible advertencia para la humanidad” acerca del dominio que podría llegar a alcanzar la inteligencia artificial en el futuro.
Según el análisis de Vincent, la canción empieza poniéndonos en la parte de atrás del auto de papá, lo que significa que vivimos un sistema paternalista que guía nuestras vidas, y donde no tenemos ningún control sobre la inteligencia artificial.
Otro punto de la canción cuenta que hace un buen día y todo va bien. Según esta explicación, demuestra que estamos a gusto con la tecnología y tenemos esperanza. No obstante, no mucho después estamos en el suelo, donde se refleja un arcoiris que nos lleva al sol.
Este simbolismo indicaría que, al igual que Ícaro en el mito griego, nos estamos acercando tanto al sol que acabaremos quemándonos. Por último, en la canción se pide varias veces a mamá que conduzca, lo que se interpreta como un regreso a la madre naturaleza tras ver nuestro error.
¿Suena descabellado? Tal vez, pero mientras aun debatimos hasta donde puede llegar a desarrollarse la inteligencia artificial, esta sigue avanzando. Y a decir de Stephen Hawking, el panorama podría no ser muy alentador ¿Qué crees tú?