The New York Times informó que Gould, de 85 años, murió el pasado viernes en el hospital Lenox Hill.
A mediados de los años cincuenta, el investigador elaboró algunas ideas en torno a cómo construir un aparato que proyectase un intenso haz de luz y que podría utilizarse para soldar, cortar o como fuente de calor.
A un aparato así lo denominó LASER (light amplification by stimulated emissions of radiation).
Gould luchó denodadamente en los tribunales y en el ámbito científico para que se reconociera su contribución a este avance, del que se beneficiaría años después con el cobro de sumas millonarias por aplicaciones que patentó.
"Su ídolo fue Thomas Edison, no alguna figura académica. Siempre quiso hacer algo que fuera útil para la Humanidad", declaró su viuda, Marilyn Appel, al rotativo neoyorquino.
LOS INICIOS DE LA DISPUTA
El científico había llegado en 1954 a la Universidad de Columbia movido por su interés en la óptica.
En la misma universidad trabajaba como profesor de física Charles Townes, quien había publicado poco antes un artículo en el que describía el MASER, un precursor del láser que amplifica microondas, y pensaba que una idea similar podría aplicarse a la luz. Gould explicó que en noviembre de 1957 tuvo la idea de cómo construir un láser, la que detalló en un cuaderno de notas.
Townes alegó, sin embargo, que algunos meses atrás había concebido la manera de construir un láser y de ello había hablado con Gould unas tres semanas antes de que este detallara sus ideas por escrito.
Townes y Arthur Schawlow, un investigador en Bell Labs, publicaron en diciembre de 1958 el primer artículo científico en el que describían el láser.
Gould se trasladó después a Technical Research Group, donde trabajaría en aplicaciones prácticas del nuevo dispositivo, si bien el primer equipo fue construido en 1960 por Theodore Maiman, de Hughes Research Laboratories, en California.
(Agencias)