Cada vez la ficción y la ciencia acortan sus distancias para desarrollar nuevos aparatos tecnológicos. Esta vez, investigadores de la Universidad de Bristol y del Laboratorio de Robótica en el Reino Unido lograron desarrollar una batería que puede generar electricidad a partir un combustible que no escasea: la orina.
Los científicos probaron el mecanismo en un dispositivo Samsung, con el que hicieron una llamada, mandaron un mensaje de texto y navegaron en Internet.
"Lo mejor de esta fuente de combustible reside en que no depende de la errática naturaleza del viento o del sol; estamos realmente reduciendo desechos para crear energía. Un producto del que podemos estar seguros que siempre tendremos reservas es nuestra propia orina", sostuvo uno de los investigadores, Ioannis Ieropoulos.
La investigación es parte de un proyecto impulsado por la fundación de Bill y Melinda Gates y el Consejo de Investigación de Ciencias Físicas e Ingeniería. A pesar de que el biocombustible lleva tiempo usándose para generar energia, Ieropoulos afirma que el proyecto es único en el mundo y que es muy ecológico.